Queremos que el reino de Dios sea extendido en nuestro barrio, nuestro país y más allá de las fronteras, a través de nuestro testimonio y del poder de Dios en nosotros, alcanzando a multitudes que no conocen a Dios, reconciliándolos con el Padre y enseñándoles a servirle de todo corazón.
Queremos tener ministerios de excelencia para Dios guiados por su espíritu, que sean también de inspiración y ejemplo para otras personas y otras iglesias, en cada área de nuestra congregación: niños, adolescentes, jóvenes, matrimonios, hombres, mujeres, adultos mayores; evangelismo, predicación, alabanza, oración e intercesión, enseñanza, consejería, liberación, sanidades y otros que Dios pueda estar agregando.
Queremos ser un pueblo de personas comprometidos en amor y fidelidad, unos con otros y con la obra de Dios, que se ríen y divierten en santidad, inspiran a otros a seguir fervientemente a Jesucristo, y contagian a aquellos que los rodean a buscar lo mismo: glorificar a nuestro Dios.