Historia

 

El origen de este movimiento se remonta a un grupo de estudio bíblico dirigido por el reformador Ulrich Zwingli desde 1523. Algunos de sus fieles seguidores (Konrad Grebel, Felix Manz, Georg Blaurock) se separaron de él cuando a través del estudio de la Biblia reconocieron el bautismo tan solo de creyentes como el verdaderamente bíblico. 

Además, al tomar en serio el Sermón Del Monte (Mateo 5-7), se le sumó a esto el rechazo del juramento religioso, del servicio militar y de la unión del estado y de la iglesia. También se reconoció como correcto el festejo sencillo de la cena del Señor como cena recordatoria y de comunión tanto dentro como fuera del edificio de la iglesia, la disciplina aplicada según Mateo 18, la elección de predicadores propios, incluyendo predicadores laicos, pero sobro todo el seguimiento personal de Cristo en una vida santa hasta el extremo del sufrimiento a causa de Cristo y el martirio.

Lo central era la comunión de los creyentes que querían vivir según este ideal de su fe. La meta era la restauración de la iglesia primitiva, no solamente la reforma de la iglesia existente.

Esta primera iglesia evangélica libre, que comenzó como un movimiento de avivamiento, más tarde sirvió como ejemplo para otras iglesias. Causó una impresión tan revolucionaria, que los estados y las iglesias (tanto católicas como evangélicas) intentaron evitar una subversión combatiendo todos sus planteamientos mediante fuego y espada. 

Aproximadamente 3000 hombres y mujeres fueron asesinados a causa de sus convicciones, la mayoría de ellos habiendo sido previamente sometidos a crueles torturas. Muchos incluso ni siquiera fueron sometidos a juicio. Los sobrevivientes escaparon hacia Moravia (posteriormente Hungría) y a Prusia Occidental. En los siglos que le siguieron los mennonitas emigraron a Rusia, América del Norte y del Sur, y a través de la misión se expandieron hacia África, Asia, América Central y Australia.